Estilo del compositor concreto (musicología)

No solamente la época conforma un estilo, o unos cánones generales en cuanto a reglas, modas, gustos, formas de pensamientos, idiosincrasia social, sino que cada compositor dentro de su característico ambiente tiene -marcado por derivaciones de su educación, familia, entorno, posibilidades, historia o biografía personal-, unos rasgos y connotaciones personalizadas de mayor o menor enjundia, carácter, que requieren un estudio parsimonioso, a veces de años, incluso toda una vida, para conseguir acercarse a su “modus vivendi” artístico-musical, su mensaje real, o lo más certero y auténtico posible, dentro de las pruebas (cuanto más numerosas y extensas posibles mejor) – a conciencia estudiadas y analizadas- que permitan el logro de aproximarse -mediante la técnica de la constante y pertinaz búsqueda- a resurgir lo que muchísimas veces llega a ser un descubrimiento al acceder a la genialidad de dichas composiciones con plenitud.

La musicología debe ser crucial para el gran intérprete

En este prisma de concepto musicológico es donde debemos centrarnos, fundar nuestro plan de trabajos dentro de un objetivo.

Ahondar en la bibliografía especializada nos será también de gran utilizad.

El estudio de la historia donde residía cada compositor, de la circundante en general por aquellas épocas (tanto en su país como en el de residencia y las relaciones internacionales con estos países), y de cada obra compuesta por éste en sus diferentes etapas, transiciones, colecciones o álbumes, opus, ya que fueron realizadas en unos determinados años (unas veces en un período corto, otras más largo en intervalos alternos, otras reeditadas por ellos mismos o en ediciones publicadas diferentes), las anotaciones que realizaron y opiniones personales, lo que otros críticos y músicos escribieron sobre ellas en su momento, el impacto que causó al estrenarse o reestrenarse, la situación personal del compositor en aquellos momentos (de salud, económica, afectiva, social, laboral), el análisis de los músicos contemporáneos y otros artistas de diversas ramas y corrientes (especialmente aquellos con los que se codeaba o tenía algún tipo de relación el compositor, más aún si ese contacto era justo en el período concreto de la obra de estudio), nos ayudarán y permitirán un entendimiento, acercamiento o aproximación al mensaje cuya voluntad, al dejarlo escrito y casi siempre editado quería el compositor sobre guardar.

Determinar los avances técnicos, tanto de giros novedosos, conexiones armónicas, expresiones originales (que a menudo suelen ser características de los grandes genios de una manera muy individualizada), incluso el tratamiento de frases, semifrases y células melódicas o contrapuntísticas, o de recursos de digitación sumamente personalizados (en comparación a los habituales o de otros compositores), análisis de las extensiones de los registros sonoros, saltos, recursos de sonoridad, la técnica relacionada con las posibilidades reales de ejecución en su vertiente de movimiento, aire, rubatos, indicaciones metronómicas, también serán muy útiles para la búsqueda de la realización final que el gran intérprete siempre ansía, ante el enorme reto de ofrecer el nivel más alto, que es justo aquel que resalte la más ajustada voluntad de la creación original y auténtica dentro de los parámetros instrumentales que manejemos (y sobre todo pensando que debemos hacerlo de una manera que sea no solo comprensible hacia el oyente, el público, sino que resalte todo el esplendor de musicalidad que contiene de la manera más natural o lógica, o de sentido artístico).

También debemos aplicar todo nuestro afán en investigar y descubrir el sentido estético de cada pasaje, sección o parte, estructura, y conjunto global de cada obra, la relación que en su abstracto misterio esconden las páginas de los compositores determinados con el ser humano, con el más allá, con la naturaleza, con un sinfín de áreas comprensibles y a veces incomprensibles que debemos dar forma –por un lado concreta al ser una realización interpretativa, y por otro dar pié a esa libertad de pensamiento artístico-.

Desde el punto de vista musicológico, abordar la verisimilitud, la coherencia, la autenticidad de las fuentes, la investigación (muy a menudo minuciosa) de cada nota, cada indicación, expresión, signos de articulación, matiz, adorno, por un lado, nos ofrecen soportes seguros en nuestra andadura. Por otro lado las ediciones, publicaciones existentes (y por descubrir o desempolvar ya que increíblemente están en algunos fondos de bibliotecas sin ser estudiados aún) relativas al asunto a tratar y/o que conecten de alguna manera con estos asuntos pueden llegar a ser vitales para no ejercer un auténtico despropósito y tergiversación peligrosa en la comunicación y transmisión de la ‘genial’ capacidad de nuestros músicos universales (algo que infortunadamente ocurre y ha ocurrido en demasiados casos y que llega a constituir un gran problema cuando un trabajo serio y talentoso se presenta ante la competencia de trabajos considerados como ejemplares y referentes que realmente son penosamente abordados desde estos tan importante prismas).

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ENGLISH

Style of the concrete composer (musicology)

Not only does the era conform a style, or general canons in terms of rules, fashions, tastes, forms of thoughts, social idiosyncrasy, but each composer within his characteristic environment has -marked by derivations of his education, family, environment, possibilities, history or personal biography-, some features and personalized connotations of greater or lesser substance, character, which require a parsimonious study, sometimes of years, even a lifetime, to get closer to your artistic-musical "modus vivendi", its real message, or as accurate and authentic as possible, within the tests (the more numerous and extensive possible the better) - conscientiously studied and analyzed - that allow the achievement of approaching - through the technique of constant and persistent search - to resurface what many times becomes a discovery by accessing the genius of these compositions fully.

Musicology must be crucial for the great performer

In this prism of musicological concept is where we must focus, found our work plan within a goal.

Delving into the specialized bibliography will also be of great use.

The study of the history where each composer resided, of the surrounding in general by those times (both in his country and in the one of residence and international relations with these countries), and of each work composed by him in his different stages, transitions , collections or albums, opus, since they were made in certain years (sometimes in a short period, sometimes longer in alternate intervals, other reissued by themselves or in different published editions), the annotations they made and personal opinions, what other critics and musicians wrote about them at the time, the impact it caused when it was released or re-released, the personal situation of the composer in those moments (health, economic, emotional, social, labor), the analysis of contemporary musicians and other artists of various branches and currents (especially those with whom the composer rubbed or had some kind of relationship, more so s and that contact was just in the specific period of the study), they will help us and allow an understanding, approach or approach to the message whose will, by leaving it written and almost always edited, the composer wanted to save.

Determine the technical advances, both of novel twists, harmonic connections, original expressions (which are often characteristic of great geniuses in a very individualized way), including the treatment of phrases, semi-phrases and melodic or counterpoint punctual cells, or resources of highly personalized fingering (compared to the usual ones or of other composers), analysis of the extensions of the sound registers, jumps, loudness resources, the technique related to the real possibilities of execution in its movement, air, rubatos, indications metronomic, they will also be very useful for the search for the final realization that the great interpreter always craves, given the enormous challenge of offering the highest level, which is just the one that highlights the most adjusted will of the original and authentic creation within the instrumental parameters that we handle (and above all thinking that we should do it in one way nera that is not only understandable to the listener, the public, but to highlight all the splendor of musicality that contains in the most natural or logical, or artistic sense).

We must also apply all our eagerness to investigate and discover the aesthetic sense of each passage, section or part, structure, and global set of each work, the relationship that in its abstract mystery hide the pages of the determined composers with the human being, with the hereafter, with nature, with a myriad of understandable and sometimes incomprehensible areas that we must shape - on the one hand being an interpretive realization, and on the other giving foot to that freedom of artistic thought.

From the musicological point of view, addressing the likelihood, coherence, authenticity of the sources, the investigation (very often thorough) of each note, each indication, expression, signs of articulation, hue, adornment, on the one hand, we They offer secure supports in our journey. On the other hand, the editions, existing publications (and for discovering or dusting since they are incredibly in some library funds without being studied yet) related to the matter to be treated and / or that connect in some way with these issues can become vital for not exercising a genuine nonsense and dangerous misrepresentation in the communication and transmission of the 'great' ability of our universal musicians (something that unfortunately happens and has happened in too many cases and that becomes a big problem when a serious and talented work is presented before the competition of works considered as copies and referents that are really painfully addressed from these important prisms).